El botín del banquero (II de III)

           Luego, si los bancos han ganado tanto ha sido por otras causas, porque trabajar, lo que es trabajar, no trabajan –ya saben, con el sudor de su frente-;  es otra cosa . Continuará...  (Entrada I de III)

          Esta gente, de entrada, tiene información privilegiada por lo que saben en qué y en dónde especular con el dinero ajeno. Ya parten con ventaja, son tahúres con cartas marcadas. De hecho, les encanta estar cerca de la Política, aunque su preocupación no es el interés general sino influir en la toma de decisiones políticas para, a ser posible, llevar el agua a su molino. Pero no nos podemos dejar engañar. Su intención no es hacer política, sino poner la Política al servicio de sus intereses. ¡Vaya si lo han conseguido¡; además, sin coste y haciendo que sus beneficios hayan alcanzado unos máximos históricos. Lo absolutamente increíble es que entre todos hemos hecho que la  banca sea una pieza fundamental del sistema y de nuestra felicidad personal; una felicidad dirigida mediante una necesidad artificial que han elevado a categoría de nueva ética social: el materialismo consumista. Han hecho que vendamos nuestra alma al consumo, al que nos entregamos de forma incauta, y muchas veces obscena, cada vez que firmamos un innecesario préstamo personal o hipotecario. Con la complicidad, eso sí, del Gobierno por activa y por pasiva, al no poner límite alguno a su voracidad,  entregándoles al ciudadano para que de él hagan un esclavo de estos nuevos tiempos pero que como los antiguos no son nada pero son indispensables para que la explotación funcione.

 Vendiendo el alma para poder seguir comprando

             Hasta tal punto es así que una vez que el banco nos atrapa es muy difícil salir indemnes de tal vampírica relación. Si podemos afrontar la situación, la deuda asumida, nos despluman con cláusulas abusivas. Si no podemos pagarla, mejor. Los bancos se quedan primero con nuestro dinero; luego con nuestra casa; Finalmente con nuestro futuro, pues si el valor de la casa no liquida la deuda –de hecho, se encargan de que sea así- el deudor -–ese desgraciado, literalmente- ha de seguir pagando el resto. Una condena bíblica que destruye hogares y personas, arruina futuros e ilusiones, con la cínica complicidad del Gobierno y de la clase política que nunca tendrá problemas con la banca ni apuros para pagar sus hipotecas, quizás porque la banca no exige a los partidos la devolución de sus préstamos.  Comparado con esto, lo de los trajes de Camps, el presidente valenciano, resulta hasta tierno 

          ¿Dónde está la Fiscalía cuando se conocen estas condonaciones a los partidos? ¿No es relevante? ¿No es un indicio de algo?. Si los ciudadanos que no pagan resultan embargados sin piedad sin que el banco se conmueva con las tragedias personales que causa –al fin y al cabo, no es nada personal; es un negocio-, qué razón hay para que los bancos perdonen las deudas a los partidos ¿Será que con ello también hacen negocio?. Tragedias personales y familiares que en este año se han repetido decenas de miles de veces  multiplicándose por 4 los embargos del año pasado.

Ejemplo de tragedia personal. Y el Gobierno sigue impasible ante los llantos de hambre de algunos de sus ciudadanos. Esto demuestra que el dinero para "salvar" la economía fue a parar a las carteras equivocadas. Personas sensibles abstenerse por la dureza del audio.

            De camino, los bancos se han convertido en las primeras inmobiliarias del país y, también de camino, han arruinado a inmobiliarias, promotores y constructores, ya que los bancos ofrecen los pisos adquiridos por embargo –es decir, “sus pisos”- a los posibles compradores de una vivienda robándoles literalmente los clientes a las inmobiliarias que, lógicamente, no pueden competir con los bancos, que son los que ofrecen la financiación. La caída de las inmobiliarias arrastra la de los promotores y constructores. El banco no solo les cierra el crédito; encima les hace una competencia desleal, arruinándolos. El patrimonio adquirido así por los bancos es de un valor enorme, que se hará plenamente efectivo cuando, pasada la crisis, se ofrezca al mercado a un precio superior. Jugada perfecta: dejan sin blanca al desgraciado que pide el préstamo al que exprimen; si no paga se quedan con su piso por un valor devaluado; piso que ofrecen con prioridad sobre los de oferta libre arruinando a constructores y promotores –mientras los bancos no vendan “sus pisos” no facilitan el crédito para la compra de otros pisos-; y cuando pase la crisis –que pasará cuando les convenga- les quedará varios miles de pisos cuyo valor ya se encargarán de multiplicar.

No hace falta ni descripción de la viñeta.

          Pero la banca no solo se aprovecha de la desgracia ajena; antes fue instigadora de la especulación inmobiliaria que con la paralela crisis financiera nos tiene con los niveles más altos de paro de Europa y con el crecimiento económico más bajo. Pero para ello era necesaria nuestra avaricia e irresponsabilidad. Entre todos construimos un sistema de especulación inmobiliaria piramidal del que estamos pagando las consecuencias. Hay que explicarlo, el sistema funcionaba así:

           El constructor construye, por decir algo, por 50.000 €; vende por 100.000 €; el perito, del banco, valora la vivienda por 120.000 €; pero el banco me da un préstamo de 150.000 (ya saben: el notario, los muebles, un viaje con su señora, que se lo merece). Ya se sabe … ¡época de vacas gordas¡. El desgraciado comienza a pagar las cuotas (al principio, sólo intereses). Paga, por redondear, 50.000 €, pero se queda sin trabajo porque su empresa cierra por no poder hacer frente a los bancos. El banco embarga la casa; la valora nuevamente a la baja en 100.000 € -ya se sabe, con la crisis el precio baja- ; sale a subasta, pero como no se la queda nadie se la adjudica el banco por el 50% de esa valoración (50.000 €) . Es decir, en este punto el banco ha cobrado sus intereses largamente (ha recibido 100.000 €: 50.000 + 50.000), pero como el préstamo concedido fue de 150.000 € el cliente –ese desgraciado- AUN DEBE AL BANCO 50.000 €, PUES LA ENTREGA DE LA CASA NO EXTINGUE LA DEUDA. Es decir, el banco se lo queda TODO. Primero valora la propiedad al alza (más dinero en préstamo, más cuotas); luego la valora a la baja para adjudicársela por el 50% de esa valoración; y sigue siendo acreedora del resto de la deuda … Jugada perfecta.

          Si la misma casa fue comprada y vendida varias veces, con precios cada vez más altos, el último comprador -el que pilla la crisis- se arruina de forma absoluta pues compró a un precio muy alto, pero ya no puede vender. La pirámide se derrumba, pero sólo arrastra al último comprador que pierde casa, dinero, patrimonio, el suyo y el de su familia que lo avaló; todo, lo pierde TODO.

          Lo peor no es esto. Lo peor es que si estos incompetentes desalmados arruinan al banco -porque como se aburren o tienen otras ambiciones se dedican a financiar o a participar en proyectos empresariales dudosos -aeropuerto de Castilla La Mancha o el de Murcia - pues tampoco pasa nada, NADA. Los directivos del banco no han asumido ninguna responsabilidad societaria (¿Dónde están los impositores y los accionistas?, ni social ¿Dónde está la Fiscalía?). Nada, no ha ocurrido NADA, a diferencia de lo que sí ha ocurrido en otros sitios con Gobiernos más decentes y con ciudadanos más libres.

            Se les debiera caer la cara de vergüenza, al Gobierno, al Banco de España, a todos. Sabían lo que iba a pasar, pero no hicieron nada, NADA. Pero aun hay algo más grave. No es que no se les exija responsabilidades por haber arruinado al banco; es que, encima, el Estado les ayuda a tapar el agujero con NUESTRO DINERO.

Realizado por: Cambio de Sentido


Continuará...