Pan para hoy, hambre para mañana (I de II)

         Tras el accidente nuclear de Fukushima se ha reabierto el debate sobre las energías nucleares. En distintas partes del mundo se han producido sucesivas protestas contra la energía nuclear y pidiendo otras formas de energía sostenible. Hacía tiempo que esto no sucedía, y para ser más concreto, desde que el monotema del cambio climático se cambió por la crisis económica mundial. Pero ahora que las mayores potencias mundiales empiezan a salir de la recesión es hora de cambiar de tema, y nada mejor que hablar de viejos conocidos.

Las armas del futuro apuntan a occidente

         Numerosas asociaciones ecologistas y partidos políticos son los que abogan por la supresión total de este tipo de energía. Pero se ha de analizar el tema en profundidad para darse cuenta de que no es tan fácil como parece dado la carencia total de reservas de crudo que tiene nuestro país, la dependencia energética (77% de la energía en 2009 era importada) y la forma en la que nos afectan las variaciones del precio del crudo a causa de la especulación de los miembros de la OPEP. La supresión de la energía nuclear, la cual nos proporciona el 19% de la energía que consumimos, provocaría colocarnos en una situación mucho más vulnerable.

         Este debate coincide en un mes en el que se registra un incidente nuclear, en España la forma de energía que más su consumió fue eólica, la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) batirá récords de ingresos por venta de petróleo (otro más que gana más que nunca en tiempos de crisis) y Estados Unidos pretende disminuir en un tercio las importaciones de crudo ya que más del 50% de sus hidrocarburos procede del exterior, lo cual una subida de los precios del petróleo al antojo de los coleccionistas de coches jeques árabes frenaría la recuperación económica americana.

           Ha quedado patente en muchas ocasiones que el poseedor de la fuente de energía que suministra a un país convierte a éste último en un muñeco que puede ser manejado al antojo del primero. La dependencia energética que tiene Europa del gas ruso empieza a ser preocupante. En 2007 el gigante Gazprom dejó en jaque a 17 países europeos cuando cortó totalmente el suministro de gas. Y como en occidente creemos que la avaricia de estas multinacionales hará que nunca se cierre el grifo podemos llevarnos un susto. Y de hecho creo que nos lo llevaremos. Por lo tanto es labor de la Unión Europea y de los disintos gobiernos estudiar las posibilidades reales de reducir la dependencia del crudo árabe y del gas ruso.

El motor del mundo moderno

          No se trata de un simple tema económico de ahorro de costes, que también, sino de un tema puramente político y militar. ¿Qué sucederá cuando los países que dominan el "cotarro" energético no estén de buenas?. Y cuando amenacen con cortarnos el suministro, ¿Qué hacemos entonces?. Es importante poder responder a estas preguntas porque los gigantes energéticos están tomando posiciones para la siguiente crisis energética. Y los países dependientes (como el nuestro) saben muy bien ningún ejército puede moverse sin gasolina o diésel y que ninguna industria puede fabricar sin suministro energético. Vamos, que siendo realistas nos tienen cogidos por donde quieren. Estos gigantes dan muestras de su poder de vez en cuando para recordarnos lo mucho que los necesitamos. Lo hacen apretando pero sin dejarnos morir para poder seguir pagando, claro. Un ejemplo de ello es el aumento deliberado del precio del barril de crudo debido a una causa puntual como puede ser la guerra de Libia o la extinción del lince ibérico. ¿Que lo duplican?. No pasa nada, no podemos hacer otra cosa sino seguir comprando hidrocarburos al precio que marquen. ¿Cuánto pagaría usted por poder seguir respirando?. La respuesta es: Lo que le pidan,porque lo necesita tanto como los países el crudo.

          En una posterior entrada comentaremos la realidad de la energía en España, la dependencia de las energías no renovables y nucleares asi como de la viabilidad de las distintas energías renovables que existen en el mercado, además de las energías que se pretenden usar en el futuro. En este sentido hay que ser realistas y tener claro que conseguir un 100% de energía procedente de las energías renovables a corto plazo es contraproducente, improbable y altamente costoso. Por tanto, es necesario un análisis para ver hacia donde deben ir orientadas las políticas energéticas y sobre todo hacia donde no deben ir. Es hora de ponerse las pilas (de energía renovable si es posible) porque en 25 años aumentará la demanda energética mundial en un 60% y no sabemos si los verdaderos dueños del mundo serán tan benevolentes.

Realizado por: El Jaleo Real

Continuará...